Cuando pensamos en Grecia, nuestros pensamientos evocan sitios como Atenas, su acrópolis y el Partenón, pero lo cierto es que este hermoso país posee maravillas muy famosas y algunas no tanto, pero que igual merecen ser visitadas. Un ejemplo de esto es la Cueva Melissani, en la isla de Kefalonia, un hermosísimo monumento natural que al solo entrar en él produce una serie de sensaciones que te dejarán con la boca abierta ante tanta majestuosidad.
Los antiguos griegos creían que en esas cuevas habitaban las ninfas acompañadas de sus fieles delfines. Sin embargo, aquellos habitantes de antaño no conocieron la isla tal como está ahora. En 1.953 un terremoto derrumbó el techo de una de las cuevas y esto provocó que su interior se vea claramente, sobre todo al mediodía en punto, permitiendo detallar en toda su magnificencia el hermoso y cristalino color turquesa de sus aguas, producto de una mezcla de agua de mar y agua dulce que brota de las profundidades del subsuelo.
Al adentrarse en la siguiente cueva te encontrarás con la oscuridad, aunque existe un sistema artificial de luz que te permitirá ver las estalactitas, las mismas que hace milenios atrás los griegos las confundieran con delfines, y de allí comenzaron las leyendas de las ninfas.
En resumen, este es un lugar que te va a encantar y que vale la pena que lo visites. Y por cierto, no es el único, te invito a que conozcas muchos más los cuales el anonimato los mantiene casi vírgenes para los viajeros sedientos de aventuras:
