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¿Quién es The Tomorrow Man y por qué todos hablan de él? Micah P. Hinson vuelve del abismo con un disco que mira al futuro
Estamos en otoño de 2025, en algún lugar entre Texas y el sur de Italia. El cielo tiene ese tono que no es del todo gris ni del todo claro, como si presintiera que algo está por nacer. Micah P. Hinson aparece de nuevo en escena con una obra que no busca seducir a la crítica ni desenterrar pasados: quiere apuntar al presente, sí, pero con el corazón en carne viva. Se llama The Tomorrow Man y suena como un salmo retro que alguien canta desde la última habitación de un motel de paso.
“The Tomorrow Man” no es un disco más: es un punto de fuga, una declaración de guerra contra el lamento crónico. Micah ha dejado de llorar sobre las cenizas para cantar al fuego que queda.
Hay nombres que suenan a cicatriz. El de Micah P. Hinson siempre ha tenido ese eco. Su biografía, como sus canciones, no es una línea recta: está hecha de curvas, choques, silencios y regresos. Tras I Lie to You, una joya que parecía cerrar una etapa, el músico tejano-castellano rozó el abismo: divorcio, soledad, depresión, y la tentación de dejarlo todo. Pero no. En lugar de desaparecer, se quedó. Se quedó y escribió.
“Solo escribiré sobre el presente”, se prometió a sí mismo, como quien se jura no mirar más atrás para no volverse estatua de sal. Y entonces nació The Tomorrow Man, un álbum que no remienda heridas: las muestra.
Un disco grabado en el umbral del mundo
Cinco días. Cinco noches. Eso fue todo lo que necesitó Micah para grabar su nuevo álbum en un estudio casi invisible del norte de Italia. Y digo “invisible” porque no hay dirección exacta, ni rótulo en la puerta. Solo un lugar apartado, casi monástico, donde las canciones no se graban: se invocan.
El coproductor es Alessandro “Asso” Stefana, un alquimista del sonido que ha trabajado con PJ Harvey y Mike Patton. A su lado, una orquesta orquestada por Raffaele Tiseo en Benevento, baterías que parecen respirar por sí solas a manos de Zeno De Rossi, y un contrabajo que flota como humo de cigarro viejo gracias a Greg Cohen, el mismo que ha tocado con Tom Waits. Todo se alinea, se afina, se afila.
“Oh, Sleepyhead!”, el primer adelanto, es un ejemplo claro. No hay adornos. No hay coros pegajosos. Solo cuerdas que desgarran, una voz que parece salir de un sueño roto y una guitarra que susurra en vez de gritar. La canción es un puñal lento, uno de esos que no matan pero cambian.
“El futuro se paga dejando ir el pasado”
Esa frase no la dijo un filósofo ni un poeta. La dejó caer Micah mientras hablaba de la letra de “Oh, Sleepyhead!”. La escribió mientras “lo que valoraba se transformaba”, mientras el amor dejaba de ser refugio y empezaba a parecerse al control.
En el videoclip, dirigido por Lina Sanabria, la imagen parece sacada de un noticiero oxidado de los años cincuenta. Todo tiene esa textura entre vintage y alucinada, como si la memoria de un país entero pasara por el celuloide. Micah aparece casi como un fantasma que ha decidido quedarse en el mundo solo para contar lo que ha visto.
“The Tomorrow Man” como máquina del tiempo emocional
Aunque el listado completo del álbum se guarda aún bajo llave (¿una estrategia o una superstición?), se sabe que son diez canciones que nacen entre Texas y España, como un puente emocional entre dos vidas. Las letras, dice Hinson, le han perseguido durante años. Y por fin ha logrado darles forma. “Verdad y libertad”, así lo resume él. Y uno cree que no se refiere solo a la música.
El disco saldrá en vinilo de 180 gramos, con masterización analógica. No por nostalgia: por devoción a lo tangible, a lo que se puede tocar, girar, guardar. Como las cartas que ya nadie escribe.
“Cada canción es una brújula nueva”, confiesa Micah. Y uno imagina una habitación con mapas arrugados, tazas de café, cintas de casete y una vieja radio que todavía funciona.
Gira española 2025: confesiones en voz baja
Sevilla, Madrid, Barcelona. Las tres ciudades acogerán a Hinson como quien abre la puerta a un viejo amigo que trae malas noticias pero sabe contarlas. Las salas son medianas, íntimas. No hay estadios ni pantallas gigantes. Solo la voz. Solo las canciones.
Las entradas, entre 25 y 60 euros, ya están corriendo. No es un espectáculo. Es un rezo. De esos que solo se entienden cuando se apagan las luces.
Puedes encontrar más información sobre la fecha de Madrid en este enlace, o sobre el concierto en Barcelona aquí. También puedes consultar detalles sobre la actuación en Sevilla desde este portal.
El fantasma de I Lie to You todavía susurra
Aunque The Tomorrow Man no es una secuela directa de I Lie to You, hay un hilo invisible que los une. En aquel disco anterior, Hinson ya había empezado a quitar capas, a “despellejar” las canciones, como él mismo dijo. Lo técnico se volvió emocional, lo emocional se volvió urgente.
Pero ahora va más allá. Este nuevo álbum no se agarra al diario viejo ni a la herida abierta. Se escribe en tiempo real. Y eso, para alguien como Hinson, que siempre ha viajado con el retrovisor como brújula, es un salto sin red.
El mañana como vinilo, el mañana como rito
Dice Micah que piensa seguir en este estado de claridad hasta el fin. Lo dice sin afectación. Como quien ha probado una droga nueva que no hace daño, solo revela.
Gracias al respaldo del sello Ponderosa (donde también habitan Patti Smith y Blonde Redhead), se abren nuevas posibilidades: grabaciones más rápidas, colaboraciones transatlánticas, ediciones en casete o binaurales, pensadas para esa tribu de coleccionistas del futuro con alma antigua.
Porque el mañana, a veces, viene envuelto en sonidos del pasado. Y no es una contradicción: es un homenaje a la permanencia.
“La voz no se graba, se confiesa”
“La verdad espera. Solo la mentira tiene prisa.” (Proverbio tradicional)
Hinson no está aquí para gustar. Está para contarse. Para confesarse. Y quien escuche The Tomorrow Man lo entenderá: este disco no está diseñado para la inmediatez ni para listas de reproducción. Está hecho para noches largas, para viajes sin destino, para quien todavía cree que una canción puede salvarte.
“El mañana viene en vinilo de 45 rpm”
¿Qué es lo que viene después?
¿Será este álbum el principio de una nueva era para Micah P. Hinson? ¿Lo veremos grabando en cintas, en cavernas sónicas, junto a otros ermitaños del folk devastado? ¿Se puede escribir sobre el presente sin que el pasado vuelva a tocar la puerta?
Lo único claro es esto: The Tomorrow Man no es un disco que se escuche. Es un lugar al que se llega. Con maletas viejas. Con esperanzas nuevas. Con los ojos cerrados y los oídos abiertos.
Y si te quedas lo suficiente, Micah te contará un secreto.
Uno que no está en Spotify, ni en TikTok, ni en Google.
Uno que solo existe en los surcos de un vinilo gastado.
Donde vive la verdad.
Donde empieza el mañana.
“Micah P. Hinson ha dejado de lamer heridas. Ahora, muerde el viento.”
“El folk del futuro suena como una confesión entre cuerdas italianas.”
“No todos los días se sobrevive al pasado. Hoy, Micah canta desde el otro lado.”
Fuentes:
Entrevista en Klofmag
Artículo en Ruta 66
Biografía del artista en El Molino Barcelona
Detalles de la gira en Concerts50
Entrada para El Molino Barcelona
Concierto en Sevilla