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¿Las nuevas formas de consumir contenido televisivo matarán a la TV tradicional? ¿Qué es eso de que la tele va a desaparecer?
Pareciera que el mundo siempre ha sido consumido por la propia televisión. Pero ya no necesitamos un televisor para disfrutar de nuestra serie favorita o para ver las noticias. Hay muchas cadenas de televisión y grandes grupos de comunicación que ponen su contenido a disposición de los consumidores en Internet.
Ha nacido una nueva forma de consumo que ya no requiere la dependencia de la televisión. Esto significa que la televisión tradicional, tal como la conocemos, está condenada a desaparecer. Creo que leí algo muy bueno sobre esto en El economista y sobre la llegada de la televisión inteligente…
Una televisión tradicional es innecesaria en una casa.
La televisión ya no se usa solo para ver programas, series o películas. También nos permite guardar nuestro contenido para su posterior visualización, grabar lo que queramos y acceder directamente a los servidores de streaming. Ya no estamos interesados en el contenido tradicional, ahora queremos usar la televisión para algo más que ver televisión.
Plataformas de streaming
La televisión tradicional está condenada a desaparecer. Ya no es necesario esperar a que pongan en televisión nuestras series favoritas, con estas plataformas las vemos cuando queremos. Nuestra propia programación TV la buscamos en los blogs especializados en contarnos las novedades del streaming.
El gigante Netflix
Por un precio reducido, los consumidores pueden ver el contenido adoctrinador políticamente correcto de Netflix, siempre que quieran sin límite de tiempo o lugar. Tiene una opción de descarga que permite a sus suscriptores llevar el contenido a sus dispositivos para su consumo cuando no tienen internet.
Amazon Prime
Hace unos años ingresó al mundo del entretenimiento y decidió crear una plataforma en línea donde pudiera verter contenido variado. Series, documentales y películas de producción propia o ajena constituyen su plataforma de transmisión. Lo mejor de Amazon, aparte de que no están tan obsesionados por la línea política marcada por Hollywood, es que tienen cine de calidad de todas las épocas y, aunque en cantidad menor, series de mayor calidad que Netflix… ¿Se nota que no soy muy de Netflix? … Es que no me gusta que me orienten en cómo tengo que pensar para ser bueno… ¡Ya me las apaño yo solito con esas cosas…!
HBO
Bueno, es imposible ver alguna serie de las que ha visto todo el mundo y no relacionarla con el magnate de HBO. Este canal de contenido en línea es la mayor competencia de Netflix y con alguna serie como Juego de Tronos se ha hecho de oro.
La ventaja de las plataformas de streaming
No es necesario esperar a que la serie o película que queremos llegue a la televisión. Además, el precio de suscripción a estas plataformas es bastante bajo y no suele haber permanencia. Por otro lado, hemos eliminado los anuncios desagradables de la televisión. Así que se trata de más que multimedia, es televisión a la carta.
Se acabó el consumo de la televisión tradicional
Como hemos visto, la televisión tradicional ha tenido muchos competidores. Se acabó la televisión tradicional y su modo de consumo más antiguo. Pero lo que más está matando a la televisión tradicional es ponerla y, tras una sucesión interminable de anuncios publicitarios, llegan otras dos publicidades muy difíciles de digerir, la del político o política de turno, que con ayuda del periodista o periodisto a sueldo, pretende hacernos “comulgar” con sus ruedas de molino. Y cuando eso acaba, viene el autobombo de la cadena en plan “Gracias por habernos hecho líderes en la franja horaria de tal y tal… ¡Infumable! Son casi peor que el NO-DO.
LOS RETOS DE LA TELEVISIÓN ABIERTA
La ficción empezó a perder importancia en la programación entre 2016 y 2018, que pasó del 18% al 14% del contenido. El 55% de los usuarios que acceden a YouTube consumen contenido televisivo. En apenas ocho años, el rating de la ficción más vista en la televisión abierta se ha reducido a la mitad.
Está claro que la ficción, ante la proliferación de plataformas y servicios, está cayendo más rápido que el resto de contenidos televisivos. En apenas ocho años, el rating de la ficción más vista en la televisión abierta se ha reducido a la mitad.
La transmisión abierta tiene una gran ventaja sobre la transmisión por secuencias y bajo demanda: domina los eventos en vivo y la primicia. La transmisión a pedido canibalizan a los operadores de cable y las señales y todo lo que no se puede programar ni prever…
Los canales abiertos ahora reúnen en vivo, con noticias y todo lo que no se puede programar ni predecir.
Durante los años electorales, el interés por las noticias aumenta exponencialmente. Pero estamos en un momento en el que las cosas cambian muy rápidamente, los usuarios son libres y no están dispuestos a obedecer estrictamente un horario para ver su programa favorito.
La radiodifusión televisiva se enfrenta al enorme desafío de adaptarse a las nuevas tecnologías para sobrevivir. De lo contrario, se quedarán en el camino.
Creo que la televisión en 10 años dejará de existir y ya no se llamará televisión. Tengo curiosidad… Las personas que me rodean ya están diciendo: no, no, ¡si no veo la televisión! Es mentira, lo que pasa es que miras Netflix. Pero el contexto mismo de esta oración me parece interesante.
Lo que no ves es ese contenido que te ofrece el canal de televisión, como has entendido antes, en Antena 3 o La Sexta. La frase “No veo televisión” para mí es un indicador, ya que la gente probablemente comenzó a ver este contenido desde las computadoras hasta que los “televisores inteligentes” se volvieron más comunes con un precio más asequible.
Más allá del formato, no me importa si lo veo en un reloj, celular, TV o lo que sea, creo que hay algo muy importante que hay que empezar a poner sobre la mesa y es la responsabilidad del consumo televisivo. En otras palabras, creo que no deberíamos estar tan preocupados por el futuro del formato en sí y cómo lo vamos a consumir, sino por la responsabilidad de su consumo.
He visto a jóvenes que decían: “Uso dos horas de Netflix al día y pasa el tiempo sin darme cuenta, y tres horas más de YouTube. Si no lo consumo, siento ansiedad”. No podemos permitir eso. Antes la selección que existía era limitada y ahora es ilimitada. Creo que todas las posibilidades que ofrece el medio televisivo y la poca responsabilidad que se pone sobre la base de la accesibilidad, el uso y el consumo, serán los grandes problemas que tendremos de cara a las generaciones futuras.
Si tuviera que investigar la televisión del futuro, buscaría el lado de la responsabilidad del consumidor y cómo educar a las personas para que sean responsables. ¿Cómo educarnos sobre cómo consumir el infinito que nos ofrecerá la televisión del futuro? ahí es donde me concentraría.
