Si incorporamos semillas a nuestra dieta y en nuestras comidas diarias estaremos aportando a nuestro organismo nutrientes tan necesarios como minerales, grasas, vitaminas y proteínas. Estos nutrientes son esencialmente necesarios en la alimentación de las embarazadas, los niños, los adolescentes asi como también los adultos en general. Su virtud radica en que no contienen gluten, pero sí aquellos nutrientes capaces de proteger la mucosa intestinal, y que por lo tanto, son beneficiosos, por ejemplo, para los pacientes celíacos.
Las ensaladas preparadas con estas semillas son cada vez mas consumidas, pues son ricas, nutritivas y también fáciles de preparar. Cabe destacar que es mejor consumirlas crudas, ya sea acompañando a ensaladas, mezclándolas con frutas y cereales o en sopas. Si queremos aportarles más sabor pueden dorarse ligeramente en una sartén, a fuego lento y sin agregarles aceites o grasas. En verano hay que mantenerlas en lugares muy fríos, pues hay que evitar que los ácidos grasos oxiden o hagan perder sus propiedades. En invierno hay que procurar dejarlas en lugares frescos y oscuros. Un consejo a tener muy en cuenta es que conviene no comprarlas en bolsas abiertas con exposición al aire libre pues pueden fácilmente contaminarse con harina de trigo u otros agentes tóxicos.
Semillas de sésamo
La semilla de sésamo es una de las mejores fuentes de calcio. Es por ello que resulta muy recomendable en la alimentación de los niños, por su tremendo aporte de calcio. También es muy aconsejable en la alimentación de las mujeres embarazadas, en el período maternal y en la menopausia. La semilla de sésamo es rica en ácidos grasos insaturados y lecitina, y por ello ayuda a disminuir el nivel de colesterol. Es muy rica en vitaminas A, B y E. También aporta minerales como el calcio, magnesio, potasio, fósforo, hierro, cobre, silicio, etc., y mejora la rigidez de las articulaciones.
Un ejemplo de preparación del sésamo es el gomasio, elaborado con 12 cucharaditas de semillas de sésamo integral, una cucharadita de sal marina y tostadas molidas. De esta forma, y al estar molido, la semilla del sésamo es bien asimilada por el organismo, tanto en personas mayores como en niños.
Semillas de chía
La semilla de chía es un producto vegetal que posee una gran concentración de omega 3, que ya es sabido contribuye de manera excepcional a disminuir el colesterol, y también a normalizar la presión arterial. La semilla de chía disminuye la probabilidad de enfermedades coronarias, protege el corazón y ayuda en el desarrollo de un embarazo sano y en un buen crecimiento infantil. La semilla de chía es también rica en antioxidantes, y aporta a nuestras comidas una buena ración de vitamina B, proteínas, calcio, zinc, fósforo, potasio y fibra soluble.
Consumir semilla de chía es muy útil en casos de celiaquía, diabetes, estrés, obesidad, artritis, problemas gastrointestinales, afecciones cardiovasculares, soriasis, debilidad inmunológica y arteriosclerosis. Puede también consumirse en aceite, y en cualquier caso, conviene siempre consumirla muy molida para facilitar su ingestión.
Una forma de consumirlas: El aderezo de semillas
Se trata de un preparado con un gran valor nutricional, útil para ser espolvoreado sobre sopas, arroz, ensaladas, estofados, y en dulces o desayunos. Su preparación es sencilla, se trituran las semillas y posteriormente se guardan en lugar fresco en un frasco de cristal con tapa durante diez días aproximadamente. Este aderezo aporta al organismo gran cantidad de proteínas, ácidos grasos esenciales, vitaminas, minerales y calcio.
Fuente: Food Network
