Cascadas de Uluru. El Uluṟu, también conocido Ayers Rock, es una inmensa formación rocosa compuesta por arenisca que se encuentra en la parte central de Australia, en el Territorio del Norte a 460 km al sur-oeste de Alice Springs dentro del Uluru-Kata Tjuta National Park.
Es, junto con Kata Tjuta, una de las mayores y más sensacionales atracciones del Parque Nacional Uluru-Kata Tjuta siendo uno de los más grandes monolitos del mundo, con algo más de 348 metros de alto, 9 km de contorno y 2,5 km bajo tierra.
Uluṟu es un sitio sagrado para los aborígenes de Australia y desde 1.987 es Patrimonio de la Humanidad. También se le conoce como el ombligo del mundo.
De por sí esta roca es impresionante en todos los sentidos. La primera vez que la vi en fotos me encantó y me trasmitió cierta fuerza espiritual. A lo mejor son cosas mías pero no quiero ni imaginar lo que debe ser verla en persona. Una mente racional dirá que es solo roca pero Uluru tiene un algo especial.
Podría seguir escribiendo sobre esta increíble formación pero hoy me concentraré en un evento único que sucede en Uluru cada vez que llueve. Las lluvias no son muy comunes pero cuando ocurren se forman unas cascada que vale la pena admirar.
La región donde se encuentra Uluru – la parte sur del Territorio del Norte en Australia central – es un desierto, donde la precipitación media anual es de unos 300 mm, pero incluso eso es extremadamente variable. A pesar de la lluvia puede caer en cualquier momento del año en el entorno de Uluru, de vez en cuando se producen fuertes lluvias entre noviembre y marzo. En esos momentos, el famoso monolito se cubre con innumerables corrientes de agua que cambia el color de la roca Ayers a un raro tono violeta.
Se estima que sólo el 1% de los visitantes de Uluru tienen la oportunidad de ser testigo de las cascadas que fluyen desde la roca, así que es un evento muy raro de observar.
