Cuando nuestra vida discurre por lo que suponemos es la mitad y un poco más nos surgen preguntas acerca de la vejez y como vivirla. En mi caso tengo suerte, mis padres pasan uno de los setenta y el otro de los ochenta. Y se valen perfectamente por sí mismos. Estoy contento y solo espero que sea así por mucho tiempo. Pero también me pregunto que será de mi y de mi compañera cuando lleguemos a la edad de ellos. Ya no queda tanto.
PREPARARSE PARA LA VEJEZ
El asunto de las residencias merece atención. Como en televisión solo venden las malas noticias parecería que una residencia de mayores es un lugar a evitar. Pero no es así, hay muchas opciones para vivir los últimos años de nuestra vida de una forma cómoda, segura y relajada. Hay incluso seguros que te garantizan una vejez de lujo, en un complejo para mayores con todo lo que no has tenido de joven.
También hay grupos de gente madura que se organiza en cooperativas para preparar residenciales de mayores con todos los servicios. Invierten para cuando se jubilen, y créeme, yo he visto algunos y son verdaderos resorts en donde no falta de nada.
Hay que tener en cuenta los posibles escenarios de tu vejez. Puede que tus hijos no te puedan atender como necesites. Puede que necesites cuidados médicos especializados y permanentes. Puede que tu memoria falle… Lo de las residencia de ancianos es más de lo que creemos.
Los pequeños no entienden el mundo adulto y los ancianos no entienden el mundo de los jóvenes. O simplemente les parece que no va con ellos, que el mundo se está volviendo loco. Y no, el mundo no está más loco que aquél de cuando ellos eran jóvenes. Lo que ocurre es que pasaron su juventud sufriendo para terminar acostumbrándose a un mundo complicado, y justo cuando lo consiguen, ese mundo va y cambia otra vez. Así es la vida.
¡El sillón del abuelo! !Qué recuerdos! Y ahora el abuelo soy yo. Y nos juntamos, a menudo, en casa del abuelo, mi padre, cuatro generaciones. Dos abuelos, tres padres y muchos hijos y nietos. La familia es importante.
En todo caso, la jubilación es algo que no deberíamos dejar al azar. Hay que ir planificándola. El sitio donde queremos vivir nuestros últimos años. Quien nos cuidará si es necesario. Que gastos y que ingresos vamos a tener. Que vamos a necesitar. Particularmente creo que las grandes ciudades no son el mejor lugar para envejecer.
A menudo nos encontramos con jubilados que viven en casas de barrios bulliciosos en el centro de las ciudades, y no es lo mismo que cuando eran jóvenes. Muchos de ellos si pudieran se mudarían a zonas más tranquilas.
Pero cumplir años no quiere decir que tengas que llegar a un punto en que dejes de hacer cosas o incluso de trabajar. Si te gusta tu trabajo ¿Por que no? Tengo un amigo mayor, de 93 años, que está ilusionadísimo con su último libro. Cuando le pregunto, por curiosidad, si le tiene miedo a la muerte, me responde de inmediato que no, que solo espera morir tranquilo.