Satisfyer también ha llegado a la vida de los hombres para quedarse

El futuro de los hombres será con Satisfyer o no será… Un juguete que ha llegado para quedarse…

Hacer más divertida y / o creativa la sexualidad. De eso se trata… No veo ningún inconveniente en su uso. En la línea de este pensamiento, me posiciono porque los beneficios que estos productos pueden tener para el hombre, en un momento determinado de su vida, son a estimar. Hay hombres que en alguna etapa de su vida pueden tener dificultades en sus relaciones sexuales. Como resultado, pueden reconectarse con su capacidad sexual a través de un juguete sexual como este, el Satisfyer de hombre

Satisfyer también ha llegado a la vida de los hombres para quedarse
Satisfyer también ha llegado a la vida de los hombres para quedarse

El mayor mito es que los juguetes sexuales son sustitutos del sexo acompañado. Podrías notar un mal efecto de su uso según algunos terapeutas sexuales. El único inconveniente es que cuando abusamos de un instrumento muy estimulante es posible que si es nuestra única forma de divertirnos, y generamos adicción, a largo plazo podría ocasionar dificultades para alcanzar el orgasmo por otros medios.

Pero el 38% de los hombres quiere probar algo nuevo.

Aunque todavía queda mucho por hacer, cada vez se habla más de sexualidad y de la importancia del placer. Y, por tanto hay menos pudor y más libertad a la hora de probar cosas nuevas, como los juguetes eróticos. Hasta hace poco, era impensable que los hombres buscaran placer más allá del proporcionado por las relaciones en pareja.

El 63% de los hombres buscan un juguete erótico para usarlo. Otro 72% busca orgasmos más fuertes e intensos, mientras que el 76% dice que necesitan la estimulación que no le da su pareja y el 40% son usuarios habituales de dispositivos sexuales. Acerca de estos datos hemos creído importante consultar a una Agencia de verificación de datos o agencias de la Verdad, pero, dado el resultado de las últimas encuestas de estos “organismos” y quien los financia… mejor que no.

En nuestra cultura actual, los hombres son educados para satisfacer en el sexo pero procurando no hablar en detalle sobre su vida sexual, no vayan a ser tachados de tóxicos o cosas peores. El uso de la pornografía es catalogado sin pudor como algo negativo mientras, cuando se trata de lo relacionado con la sexualidad de las mujeres es algo liberador, revolucionario, moderno, resiliente, biodegradable, ecológico y un largo etcétera de cosas que “molan”.

Aún entre los hombres, el 62% busca juguetes para encontrar “algo para usar en pareja y darles más placer”. Además, “el 38% dice que quiere probar cosas nuevas y el 43% quiere jugar en nuevos territorios”. Son otras encuestas, porque las hay para todos los gustos. En definitiva, cada vez son más las personas interesadas en conocer su cuerpo y aprender a apreciar la sexualidad.

Entre ellos, quienes han sido durante mucho tiempo, inducidos a no usar juguetes sexuales. Aunque lo que más atrae, en general, es la curiosidad por el producto y poder tener una experiencia totalmente diferente.

Con todo esto ¿Cómo es posible que los hombres no se interesen por el Satisfyer masculino en la misma proporción que las mujeres por el el femenino? No hay mejor uso de la tecnología del que puedo imaginar para ponerla en manos de la diversión. Espero que veamos la sexualidad como lo que es: un juego divertido que no debe tener metas ni desafíos más allá del mero placer. Que vamos a jugar con ilusión y ganas de explorar, de dejarnos llevar, e innovar para no dejar nunca de lado el motor de nuestro mundo: el deseo y, por tanto, que el placer sea nuestro. De todos y de todas.

Ahora, en las mujeres, es muy moderno decir que tienes un Satisfyer, en cambio, en los hombres, se demuestra que esta deseabilidad social no se cumple. ¿Qué está pasando? ¿Estamos invirtiendo los roles y creando nuevas injusticias?

El problema, o la gran ventaja, es que el Satisfyer ha hecho más visible una realidad, la de la masturbación femenina y la importancia del clítoris, que muchos otros prefirieron seguir negando. Y ahora toca a los hombres romper barreras también.

Entonces no se trata de publicitar un producto, que sigue siendo un juguete sexual como muchos otros, sino de asumir que ese juguete en particular ha llegado para quedarse y que ha abierto una ventana al cambio. Y que todos los cambios tienen sus críticas pero han de ser bienvenidos, aceptados y usados con placer y responsabilidad.

Tampoco se trata, ni mucho menos, de imponer una forma de placer ni de pensar que hay una única forma de buscarlo. Solo se trata de ver todas las alternativas que se presenten como positivas, para que cada uno sea libre de elegir la que más le guste sin tener que sentirse siempre juzgado por el vecino o la vecina.

Estos juguetes masculinos son el resultado de años de investigación, de decenas de prototipos y un proceso de experimentación con hombres reales, que basa su eficacia en un problema anatómico desconocido: la estrecha similitud del pene y la vagina en términos de terminaciones nerviosas.

Aunque la popularidad del Satisfyer se debe en gran parte a este proceso de desestigmatización del deseo femenino iniciado por éxitos de taquilla como 50 Shades of Grey, sus adaptaciones cinematográficas o iniciativas como el tuppersex, no está tan claro si para los hombres, se podrá repetir un éxito similar.

Según una encuesta de 2020 en la que participaron 7.000 hombres y mujeres de catorce países, un tercio de los encuestados consideró mucho más aceptable que las mujeres utilicen un juguete sexual que los hombres.

El mercado sigue buscando la forma de que los hombres se interesen por este tipo de productos. Por eso, los hombres podrían perfectamente utilizar vibradores convencionales, pero hay muchos prejuicios. La ausencia es tan problemática que muchas veces los hombres no se dejan llevar por la curiosidad de probar cosas nuevas. Por eso buscan constantemente la eficiencia, el rendimiento o el funcionamiento óptimo, como si la masturbación fuera una disciplina olímpica.

Para concluir, otro detalle a tener en cuenta a la hora de abordar estos productos, hay que sentir que los juguetes sexuales ya no son tanto para hombres o para mujeres, porque los orgasmos ya no son tanto para hombres o mujeres, no son masculinos ni femeninos, pero ocurren en el pene o en la vulva.

Por eso, con el tiempo, creo que se entenderá que simplemente hay un tipo de juguete que es más adecuado para el pene y otros más adecuados para la vulva, independientemente del género con el que la usuaria o el usuario se sienta identificado.

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