En la costa del pacífico, en el estado de Sinaloa, existen más de 20 kilómetros de playa que han sido reconocidos por el World Travel Awards como el mejor rincón de México y Centroamérica para visitar. A este paraíso se le conoce como “La Perla del Pacífico” precisamente por su agua cristalina, su clima tropical y su fina arena. Por ello, muchos mexicanos se trasladan en la época de vacaciones a este paraje. Además, el pueblo bonito de Mazatlán, a diferencia de otras ciudades vecinas, posee unas peculiaridades que lo hacen indiscutiblemente hermoso.
Las playas de infarto
Evidentemente, en una visita a Mazatlán pasar un día en la playa es innegociable. Ya hemos hablado del agua y el clima, pero el Pacífico ofrece otros muchos rincones con los que un turista se puede quedar asombrado. Uno de ellos es el acuario de la ciudad, lugar en el que se pueden encontrar una fauna inimaginable. Además, se ofrecen actividades con los animales, como bañarse entre tiburones o con leones marinos.
Las playas que nos ofrece la ciudad son innumerables. Algunas son más concurridas y otras están más escondidas. Así, dependiendo de lo que se busque, podemos ir a Playa Venados, Playa de las Gaviotas o la playa de las Brujas, entre otras. Recuerda, no obstante, ser limpio y respetuoso allá donde vayas.
La costa también ofrece unas maravillosas vistas. Para poder vislumbrarlas, lo mejor es subir al punto más alto, es decir, al faro. Este se encuentra en el Cerro del Crestón y, además de necesitar un transporte, tendrás que subir algunos cientos de escalones para disfrutar de la vistas. El esfuerzo merecerá la pena.
Visitar el casco histórico
La ciudad de Mazatlán fue fundada en 1531 por los españoles. No obstante, al haber sufrido varias conquistas de otros europeos -como ingleses y franceses-, su arquitectura es muy variada y pintoresca. Motivado por su clima paradisíaco, la ciudad posee una gran alegría gracias a los colores vivos de sus calles y el arte neoclásico del siglo XIX. Además, los hoteles en Mazatlán, Sinaloa, son numerosos, por lo que no encontrarán problema para alojarte en pleno casco.
Su historia está expuesta en una serie de museos, como el Museo Arqueológico de Mazatlán, el Museo de Arte de Mazatlán o la Escuela Principal de Arte. Pero la cultura de la ciudad va más allá. Las calles están plagadas de palmeras y árboles típicos de la zona, un espacio que parece alcanzar su máximo en la Plazuela Machado. Allí se concentra gran parte de la vida de la ciudad, con restaurantes y cafés abiertos en sus animadas fachadas. Los portales de Canobbio, donde antiguamente se albergaba la “Fuente de la eterna juventud”, es otra muestra de la arquitectura pintoresca de la ciudad, decorada con colores cálidos y blanquecinos.
Por último, si quieres mezclarte con la población local, es imprescindible que acudas al mercado municipal de la ciudad. La gastronomía de Mazatlán es mundialmente conocida y en su mercado hallarás todo tipo de pescado de la zona a un precio óptimo. Las frutas y verduras son asimismo frescas y baratas, por lo que no puedes perderte este rincón.
