El número de centenarios se ha disparado desde 1990 y se espera que supere el millón a finales de la década. ¿Es una buena noticia o no tan buena?
Es una bendición mixta, dicen los expertos, que ahora intentan averiguar cómo apoyar a estos supermayores -ya sus familias- mientras se envejecen.
“El reto principal es que no tenemos ni idea de cómo se comportarán”, afirma el Dr. Kenneth Rockwood, director médico de envejecimiento del Hospital Mount Sinai de Toronto, que acaba de escribir un editorial sobre el tema en la revista Canadian Medical Association Journal (CMAJ). “Pueden estar sanos como caballos o frágiles como gatitos”.
En la actualidad hay unas 730.000 personas mayores de 100 años en todo el mundo, según el Grupo de Investigación Gerontológica (GRG), con sede en EE.UU., que hace un seguimiento de las solicitudes de longevidad extrema. Esta cifra casi se ha cuadruplicado desde 1990, cuando sólo había unos 180.000 centenarios en todo el mundo.
Se calcula que en 2050 habrá un millón de personas con más de 100 años, con Japón a la cabeza y con más de la mitad de mujeres, según el presidente del GRG, Robert Youngson. El presidente del GRG, Robert Youngson, declaró a CTV News que la mayoría de los centenarios japoneses no mueren de edad avanzada, sino por otras causas, como el cáncer o las enfermedades cardíacas.
+ en: ¿Por qué cada vez más personas superan los 100 años de edad? – BBC News Mundo
La población estadounidense está envejeciendo, lo que significa que tenemos que pensar en cómo apoyar a los adultos mayores que quieren permanecer en sus hogares a medida que envejecen. También significa que tenemos que asegurarnos de que nuestro sistema sanitario pueda hacer frente al creciente número de personas con enfermedades crónicas como la diabetes y la hipertensión. Pero el envejecimiento de la población también tiene algunos inconvenientes, como el hecho de que haya menos trabajadores que coticen a la Seguridad Social ya Medicare, lo que podría suponer una reducción de las prestaciones para las generaciones futuras.
Además, hay pruebas de que las personas mayores son más propensas que las más jóvenes a sufrir deterioro cognitivo (a menudo denominado demencia), que puede causar problemas de memoria, de lenguaje y de juicio. De hecho, un estudio reveló que más de la mitad de los estadounidenses de más de 85 años sufren alguna forma de deterioro cognitivo, una condición conocida como “demencia de la tercera edad”.
Entonces, ¿cuál es la mejor manera de que los adultos mayores sigan viviendo de forma independiente?
Las cifras parecen impresionantes: en Estados Unidos, donde la esperanza de vida no ha dejado de aumentar durante décadas, hay ahora más de 70.000 centenarios -personas que han vivido 100 años o más- de una población total de unos 300 millones. Pero hay una trampa: La mitad de los centenarios tienen más de 80 años y alrededor del 30% tienen más de 85 años. Eso significa que la mayoría de ellos ya han vivido nueve décadas y hasta la décima. Así pues, es posible que tengamos que esperar 20 años antes de alcanzar la “marca del siglo” en términos de vida media, que en este país sigue siendo sólo de unos 79 años para los hombres y 83 para las mujeres (en comparación con los 76 años para los hombres y 81 para las mujeres a nivel mundial).
La persona más anciana de la historia fue Jeanne Calment, que vivió en Francia de 1875 a 1997 y murió a los 122 años. Atribuyó su longevidad a una dieta rica en aceite de oliva, chocolate y vino.
En la actualidad sólo hay unos 50 supercentenarios (personas que viven hasta los 110 años o más) verificados, pero según las proyecciones de las Naciones Unidas, sus filas cambiarán hasta más de 300 en 2050. En 2100 podría haber hasta 20.000 supercentenarios en todo el mundo -frente a sólo ocho en 1995- y casi la mitad de ellos vivirían sólo en Japón.
Entonces, ¿qué estamos haciendo mal? ¿Por qué no hay más gente que viva más tiempo? ¿Y cómo podemos cambiar nuestro estilo de vida para convertirnos en uno de estos raros supervivientes?