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No está al alcance de cualquiera tener las cualidades idóneas para cuidar personas mayores a domicilio. Solo el veintiséis por ciento de los mayores de setenta y cinco años quiere instalarse en una residencia de jubilados. El cuarenta y ocho por ciento manifiesta no estimar dejar su hogar. Es lo que ha revelado una encuesta de la Organización de Usuarios.
La encuesta, efectuada a mil ciento treinta y nueve españoles, versa sobre la vejez y contrasta las esperanzas que tienen las personas de entre cuarenta y cinco y sesenta y cuatro años, con las realidades de los que se ubican entre los sesenta y cinco y los ochenta y cuatro años. Entre los motivos que apuntan estos mayores para justificar esa situación están el deseo propio de no incordiar a sus allegados, la distancia con el domicilio de sus familiares o bien la carencia de tiempo. Desde ayuda a domicilio madrid saben que cuidar personas mayores a domicilio es la solución más valorada.
PESIMISMO
Otra de las conclusiones de esta encuesta es que los españoles de mediana edad imaginan su vetustez de una manera más negativa a cómo la ven quienes ya han llegado. Cuanto más acomodada se prevé la situación financiera, mejor se imaginan la calidad de vida. El sesenta y cuatro por ciento de los encuestados menores de sesenta y cinco años piensa que el dinero no le alcanzará para cubrir sus necesidades futuras. Y cerca de la mitad ahorra en una cuenta bancaria y 4 de cada diez tiene un plan de pensiones.
LOS CUIDADORES
El estudio de la OCU asimismo se ha ocupado de los cuidadores. Aseguran los datos que tres de cada diez encuestados entre los cuarenta y cinco y los ochenta y cuatro años se hallan implicados en el cuidado de alguna persona dependiente. Por otro lado, la entrega al cuidado de un dependiente supone habitualmente una pérdida de calidad de ciertos aspectos de la vida del cuidador, como el ocio y la vida social, la situación financiera o bien el estado de salud. Es complicado para una familia cumplir con las rutinas cada día y atender a un adulto mayor.
Delegar en un cuidador esta labor, es una solución ideal. Trae muchos beneficios. Es esencial recurrir a un servicio profesional de excelencia.
¿Tener una persona mayor en casa?
El tener una persona mayor en casa que progresivamente va perdiendo su independencia, generalmente, crea una enorme disyuntiva entre quienes le rodean. Ocurre que, pese al gran amor que se pueda tener por ese ser querido que probablemente es pilar del conjunto familiar, no es menos cierto que cada persona tiene sus ocupaciones y rutinas que impiden una atención cien por ciento adaptada para el adulto mayor.
Es común en familias, que existan ciertas desavenencias en torno a quienes se ocuparán de los cuidados, lo que inevitablemente va a crear en el anciano una situación de desánimo que puede llegar a transformarse en una severa depresión. Delegar en profesionales estas labores, es una resolución apropiada, puesto que esto no quiere decir que se esté dejando a un lado la atención que el adulto mayor requiere. Es poner a cargo de especialistas esta tarea, con la seguridad de que el ser querido va a estar realmente bien atendido.
Hay empresas que tienen la misión de asistir a las familias a hallar el cuidador ideal, todo va a depender del perfil y las necesidades del adulto mayor. Se encargan de administrar todo lo preciso para la contratación de un cuidador externo, o sea, que trabaje en jornada de 8 horas, media jornada o bien que solo vaya por las noches, o bien de un cuidador que continúe las veinticuatro horas del día. Es garantía de servicio en lo que se refiere a cuidado personal, control médico, nutrición, compras y recados, compañía, estimulación y labores del hogar.
Beneficios de contratar un cuidador de servicios para mayores…
En el momento en que un servicio de cuidado de adultos mayores es eficaz y de calidad, son solo beneficios los que las familias pueden conseguir. Primeramente, el hecho de contratar un cuidador quiere decir que el anciano proseguirá viviendo en su domicilio, lo que es una enorme ventaja. Se va a sentir cómodo, proseguirá con sus rutinas frecuentes y va a poder sostener contacto con los suyos. Ayuda a prevenir el deterioro cognitivo y la depresión. Que el anciano cuente con una compañía permanente le ayuda a tener un mejor estado anímico.
Contar con un cuidador deja al adulto mayor, salir seguramente, al tener siempre y en toda circunstancia una persona preparada para acompañarle. Pueden ser citas médicas o bien paseos al parque, lo esencial es que el anciano va a poder ocasionalmente salir del contexto frecuente. El estar supeditado sólo a un familiar que quizá no tiene suficiente tiempo, hace preciso contar con un cuidador. Una de las primordiales ventajas de tener un cuidador en casa, es que la atención es cien por ciento adaptada, puesto que se amoldará por completo a las necesidades del anciano, sus rutinas, la administración del tratamiento y también indicaciones médicas que hayan sido dadas.
Los baby boomers – para la salud del adulto mayor
Con sesenta y tantos y setenta y tantos años, vuelven a romper la estructura de la sociedad por edades como se comprendía hasta el momento. Han dejado obsoleta la idea de la «tercera edad» como ese instante de la vida en el que una persona está ya en retirada, enferma, sentada en un sillón, vestida de luto y extrañando tiempos mejores. Los baby boomers han vuelto a sublevarse. Es una generación vanguardista y una ocasión histórica
Ellos han dado un puntapié a la palabra vetustez y la han lanzado a los individuos de más de ochenta años. La expresión «los cuarenta son los nuevos 30» se puede trasladar a «los setenta son los nuevos 60». Bastantes personas se identifican con un perfil social diez años más joven que el de su edad física. No hay una sola forma de envejecer. Durante la historia, para establecer los patrones de edad, se fijaban en que un individuo participara en los procesos de producción o bien en los procesos de reproducción.
Y había ritos que daban paso de una edad a otra. Ahora los mayores son parte de un proceso de posproducción familiar, pues prosiguen siendo un soporte material vital para su familia. Y de reproducción social, por el hecho de que dan cohesión al resto de generaciones al cuidar a sus hijos y sus nietos, pues reúnen la experiencia del pasado y las esperanzas de futuro.
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Cuando se generó la crisis de dos mil ocho, los seniors asistieron a sus hijos y también hicieron de «colchón» para disminuir al mínimo los azotes de los despidos y las reducciones de salarios. Los baby boomers nos dan una lección de solidaridad intergeneracional que vamos a ver si las próximas generaciones podrán estar a su altura. El ancianismo es un conjunto de estereotipos negativos que se asocian al envejecimiento. Muchos piensan que el mayor está enfermo, es pobre, es dependiente, es inútil y le agrada vivir solo.
Desde hace años se han comenzado a denunciar agresiones. ¡No habrá pensiones para todos! dicen, para pasto del temor. Los mayores piden participar en la sociedad y se oponen al sobretutelaje y la infantilización de la vetustez. Desean ser protagonistas y tener nuevas experiencias. Se ha producido un rejuvenecimiento de la vejez. Y hasta los viejos van a entender que tienes que vivir. Hemos añadido veinte años a la vida y estos años se han sumado por arriba. Ahora te jubilas y deseas vivir otra vida.
Los nuevos mayores han aprendido que es mejor prevenir una enfermedad que sanarla. Ellos, tras su jubilación, no tuvieron más que las cartas, la tele, sacar la silla a la calle y los viajes del Imserso. Los abuelos y las abuelas del día de hoy tienen buen estado de salud. A la mayor parte les chirría ese eco de menosprecio que arrastra el día de hoy la palabra viejo.